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Control de drogas para niños

 

Francisco Pomares

 

Hasta hace nueve años, la sanidad pública canaria establecía que los niños debían realizar antes de cumplir los 14 años un total de 16 visitas pediátricas, de las que una de ellas, la que se realiza cuando el bebé cumple un año de vida, tenía carácter opcional. A partir de 2010, siguiendo las recomendaciones de grupos de expertos de ámbito internacional (Bright futures/AAP, Rourke Baby Record y Health for all Children), o nacionales (PrevInfad), se decidió disminuir el número de revisiones, pasando de 16 a 11 revisiones pediátricas, la última a realizar a partir de los 12 años. Algunos médicos alegaron que la decisión respondía al deseo de las administraciones, enfrentadas a la crisis de 2008, de ahorrar en costes, pero lo cierto es que los organismos internacionales de salud consideran que no existe evidencia científica sobre cuántas visitas al médico son las adecuadas para garantizar la efectividad del sistema. Canarias optó por un formato muy similar al de los países nórdicos, y adelantó hasta los 12 años el posible final de las revisiones.

 

Ayer, el Parlamento de Canarias aprobó una iniciativa formulada por la diputada Astrid Pérez, pidiendo al Gobierno regional que en los análisis de sangre y orina "que se realizan en las revisiones de pediatría a los 14 años" se incluya la detección precoz del consumo de drogas, siempre que así lo pidan sus padres expresamente. No debería causar sorpresa que todos los grupos votaran a favor, excepto Podemos que se abstuvo, al opinar Juan Márquez (y con razón) que estas iniciativas son inútiles si no se hacen consultando previamente a médicos y expertos. La propuesta de Astrid Pérez es sin duda bienintencionada, pero más bien inútil: el Servicio Canario de la Salud ya maneja procedimientos para intervenir cuando lo piden los padres o los médicos lo creen necesario. Lo aprobado ayer es fruto del pavor de sus señorías a significarse ante propuestas con carga emocional: ¿Quién puede oponerse a proteger de las drogas a los niños? Por supuesto que nadie. Pero es que lo que se aprobó ayer no tiene nada que ver con la protección de los niños. Lo que se aprobó ayer es sencillamente la posibilidad de que los padres soliciten análisis sobre consumo de estupefacientes de sus hijos, algo que ya existe. El Parlamento votó un texto que incluso obvia que desde 2010 no existe un control pediátrico obligatorio a los 14 años. Ocurre así porque en Teobaldo Power cada vez hay menos gente que está a lo que hay que estar (que es estudiarse las cosas) y más gente que se apunta a todo lo que le suene bien al respetable.

 

La diputada Pérez explicó que los padres solo saben que sus hijos consumen drogas "cuando son detenidos o sancionados por ello", pero no se atrevió a proponer análisis obligatorios (su intención inicial) porque alguien recordó que esa es una prerrogativa de padres y médicos. Por eso, la propuesta quedó reducida al absurdo de pedir al Gobierno que establezca la posibilidad de hacer algo que ya se hace. Lo mejor es que el Gobierno no se opuso. Prefiero pensar que no desconocen que es una petición inútil. Y que los diputados del partido que gobierna votaron a favor porque no les cuesta un duro quedar bien con sus socios del PP y con la gente.

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