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El último tango de Román Rodríguez

 

Francisco Pomares

 

Román Rodríguez descubrió a María Lorenzo en la comparecencia de la consejera del Ente en la Comisión de Control de RTVC. Lo menos que puede decirse es que ambos se sintieron mutuamente concernidos. Fue un flechazo casi instantáneo: Lorenzo quiso ser califa en lugar del califa en la tele y encontró en Román Rodríguez -que quiere volver a ser califa en Canarias- su alma gemela. Era evidente que la cosa traería cola, y eso es lo que ha ocurrido. Exactamente.

 

El jueves, la consejera hizo su tradicional recorrido telefónico por los medios para contar con su desparpajo habitual las maldades actualizadas de Santiago Negrín: las más interesantes que se le ocurrieron fueron que Negrín asumió personalmente la secretaria del consejo porque ninguno de sus dos consejeros quiso hacerlo, que metió por la jerola como secretaria provisional del consejo a una amiga de Fernando Clavijo, que se pasó el reglamento del consejo por el arco de triunfo, y que bloqueó la prórroga a Cellnext Telecom (la antigua Retevisión-Abertis) del contrato de transporte de la señal de la tele, que vence el 31 de agosto y que va a dejar a la tele en negro el 1 de septiembre. Además de contarlo a los medios, la señora Lorenzo envió un comunicado a la cámara que la eligió -por el PSOE- exigiendo que el Parlamento actuara 'manu militari' contra Negrín, por haber dado "suficientes muestras de su incapacidad". Pero ya se sabe que la velocidad del Parlamento para resolver este tipo de cosas es inversamente proporcional a la de su teórica urgencia. No así la de Román Rodríguez, que tuvo la fortuna de viajar a Argentina siendo presidente del Gobierno por ese partido ahora siniestro que es Coalición, y sabe perfectamente lo que es un tango milonguero: el que se distingue por la postura apilada de la pareja en danza. En este tango los bailones se apoyan uno contra el otro como si fueran un solo cuerpo, manteniendo siempre la conexión. Pues eso. Román Rodríguez salió en conexión a rematar la faena contra Negrín, al que acusó -en milonguera proximidad a los argumentos de la Lorenzo- de poner "en peligro" el futuro de la tele, vendida a Coalición Canaria y Clavijo, y (aquí la perla), "con dudosos procedimientos de contratación solamente denunciados por la consejera propuesta por el PSOE, María Lorenzo". Eso se llama amor verdadero. La Lorenzo dice y Román se sube al carro.

 

La cosa es que ayer llegó a los medios una nota del Consejo Rector desmintiendo la mayor: Negrín no ejerció de secretario, invalidando así todos los acuerdos del día. Lo hizo el consejero del PP, Alberto Padrón, como demuestra el acta de la sesión. La secretaria temporal nombrada por el Consejo lo fue por libre concurrencia (casualmente no tiene ni ha tenido jamás nada que ver con Clavijo). El reglamento aplicado en el Consejo es el que está en vigor, precisamente porque la Lorenzo se ha negado a aprobar otro. Y sí, es verdad que se dejó sobre la mesa la propuesta de prórroga a Cellnext Telecom, a propuesta de Lorenzo, por cierto. Y más: ¿Lorenzo no fue directiva y es hija del propietario de la empresa de transporte de señal que compitió con la antigua Retevisión (ahora Cellnext) por el contrato de la tele canaria? ¿No es o era eso incompatible con el estatuto de miembro del Consejo Rector? ¿Y qué opina Román Rodríguez de eso?

 

En la tele ocurren cosas curiosas. Y la más curiosa es que llevan dos años contando mentiras, inventándolas una tras otra, los mismos que consintieron que Willy García y su gentil tropa de apandadores nos robaran los cuartos. En fin. Esto es lo que hay.

 

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