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Se venden islas en la periferia

 

 

Editorial

 

Hace unas semanas Juan Carlos Monedero visitaba las islas como experto propuesto por Podemos para “hacernos ver” que la ley electoral canaria era un producto franquista, trasnochado y clientelista.

 

Recordemos cuál fue el principio básico de la triple paridad: la física de un territorio fragmentado como Canarias crea diferentes “realidades” que se abordan de forma insular.

 

1.    Primera Paridad. Quince diputados tienen las islas centrales y quince diputados tienen las otras islas de su provincia. (15 Gran Canaria con 8 Lanzarote y 7 Fuerteventura, por 15 Tenerife con 8 La Palma, 4 La Gomera y 3 el Hierro)

2.    Segunda Paridad. Treinta diputados la Provincia de Las Palmas por 30 diputados la Provincia de Tenerife.

3.    Tercera Paridad. Treinta diputados tienen las islas capitalinas y treinta diputados tienen las islas de la periferia.

 

Este sistema paritario trataba en el momento de su creación que el desarrollo de las islas de la periferia, tradicionalmente atrasadas, tuviera una representación superior a la considerada por criterios estrictamente poblacionales.

 

La triple paridad es por tanto un logro histórico de la periferia sobre el centralismo tradicional de las islas con capitalidad provincial, y se ha convertido en un “arma” para que el desarrollo de las siete islas se haya tornado en más igualitario en los últimos años.

 

Ayer en el Parlamento de Canarias, Nueva Canarias utilizó el teórico  respaldo de Pedro Quevedo a los presupuestos de Rajoy, para que el Partido Popular les apoyara y así llevar la decisión sobre la reforma de la Ley Electoral al Congreso de los Diputados, junto a la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias, secuestrando la decisión al parlamento regional.

 

Román Rodríguez no cambia el “comodín”  Quevedo por hospitales, escuelas o mejores puertos. Lo cambia por el interés electoral de su formación política. Porque, no nos engañemos, Podemos, Ciudadanos y Nueva Canarias no se patearán nunca La Gomera o El Hierro para conocer su problemática y conseguir calar con su mensaje. No. Su lucha es otra. Su lucha es el poder.

 

Los votos de los ciudadanos gomeros que proporcionaron tres diputados a ASG estaban ahí: en La Gomera. En cada calle, en cada plaza de barrio, en cada camino vecinal. Había que ir a buscarlos convenciendo a los vecinos. 

 

¿No pueden hacer lo mismo el resto de formaciones políticas? ¿Cuál es el problema entonces?

 

El problema es que es mucho más sencillo sumar votos en las grandes capitales subidos al carro de campañas propagandísticas de todo tipo, que ir a buscarlos isla por isla, pueblo por pueblo, casa por casa, vecino por vecino...

 

No obstante, todo esta pelea no debe ocultarnos que sí es cierto que hay algunos cambios que hacer. Los topes electorales generan ciertas deformaciones del ideario original e injustamente muchos partidos no se ven representados. Pero esto no significa que las “realidades insulares” deban dejar de tener su sentido en el espectro político de Canarias.

 

Al señor Monedero comentarle que se puede estar más o menos de acuerdo con la idoneidad de los repartos proporcionales de representación, pero eso no debe de llevarle a trivializa, insultar o cuanto menos ironizar con ello . Tachar de clientelista la ley electoral canaria y de chantajistas a los ciudadanos de la periferia no es una buena manera, sobre todo cuando quien lo dice viene al Parlamento desde Madrid y en avión directo, y no desde Agulo, por barco y carretera.

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