Junio, mes decisivo para el futuro del agua en Lanzarote
El Cabildo avanza hacia la ruptura con Canal Gestión a pesar de las dudas del PSOE
El conflicto por la gestión del agua en Lanzarote vive en junio uno de sus momentos más determinantes. El Cabildo insular, presidido por Oswaldo Betancort, avanza en el proceso para rescindir el contrato con Canal Gestión Lanzarote, empresa responsable del ciclo integral del agua en la isla desde 2013. A pesar de las dudas planteadas por el PSOE, especialmente por sus alcaldes en municipios como Tías, San Bartolomé, Haría y Yaiza, el grupo de gobierno insular mantiene firme su decisión de poner fin a lo que consideran una etapa de incumplimientos sistemáticos y gestión opaca.
La controversia estalló tras conocerse un contundente informe de los servicios jurídicos del Cabildo que propone la resolución del contrato con Canal Gestión. El documento, de carácter técnico y jurídico, concluye que existen motivos suficientes, documentados y graves, para dar por finalizado el contrato que fue adjudicado en 2013 a través de un procedimiento negociado con publicidad a la filial de Canal de Isabel II.
Un contrato incumplido desde sus cimientos
Según avanza Lancelot, el digital de referencia en la isla, "el contrato establecía compromisos muy concretos: una inversión inicial de más de 54 millones de euros en los primeros cinco años, la modernización del sistema de lectura y gestión del agua, y, sobre todo, la obligación de reducir las pérdidas de agua por debajo del 30%. Sin embargo, el informe del Cabildo revela que estas condiciones no solo no se cumplieron, sino que fueron modificadas de forma unilateral por parte de la empresa concesionaria, sin la autorización del órgano competente".
Según datos oficiales y auditorías externas, como la realizada por Trama Canarias S.L., de los 54,4 millones comprometidos solo se han ejecutado 32,6 millones en inversiones realmente válidas. Peor aún, en lugar de reducirse, las pérdidas de agua aumentaron, alcanzando en 2023 el 54,83% del agua producida. Esto significa que más de la mitad del agua generada en Lanzarote se pierde en una red anticuada que no ha sido renovada al ritmo pactado.
El desgaste de una década de mala gestión
El documento jurídico señala múltiples incumplimientos considerados "esenciales" en el contrato, entre ellos: la ejecución incompleta del plan de inversiones, la modificación unilateral de los proyectos, el incumplimiento reiterado del plan de explotación del servicio y la falta de transparencia ante el Consorcio Insular de Aguas. También se cita el impago parcial del canon pactado, vinculado a ayudas de Estado y beneficios fiscales, con una deuda estimada de más de 830.000 euros.
Otro de los puntos clave del informe es la falta de colaboración de Canal Gestión con los auditores del Cabildo y el Consorcio. Durante años, la empresa se habría negado a proporcionar documentación, dificultando el control y la fiscalización pública. Las auditorías detectaron desvíos presupuestarios, inversiones no ejecutadas, obras fuera del objeto del contrato y, en algunos casos, actuaciones cuya justificación económica no coincide con los presupuestos originales.
Por ejemplo, de los 7,3 millones previstos para renovar contadores, solo se ha invertido una tercera parte. La tele gestión y la detección de fugas —instrumentos clave para mejorar la eficiencia— también han sido infra ejecutadas o directamente ignoradas.
El Consejo Consultivo, próxima parada
Canal Gestión Lanzarote ha presentado más de 2.000 folios de alegaciones contra la rescisión del contrato, que incluyen anexos técnicos y jurídicos en un intento por frenar el proceso. Sin embargo, el Consorcio Insular del Agua ha informado a los alcaldes que han solicitado acceder a dicha documentación que esta no se entregará hasta que el servicio jurídico del propio Consorcio la analice y emita un dictamen. Posteriormente, será el Consejo Consultivo del Gobierno de Canarias quien se pronuncie antes de que la rescisión se haga efectiva.
Mientras tanto, la tensión política crece. El PSOE ha mostrado reservas ante la iniciativa del Cabildo. Algunas voces del partido temen que la recuperación directa del servicio por parte del sector público se convierta en una operación fallida. Desde el grupo de gobierno insular, sin embargo, sostienen que el rechazo socialista es una estrategia para evitar que se revele la dejación de funciones y la tolerancia hacia la mala gestión durante los años de cogobierno PSOE-PIL, responsables de gran parte del actual modelo de gestión hídrica.
Un modelo agotado
El contrato con Canal Gestión fue firmado por 30 años, pero su posible resolución anticipada marcaría el final de un modelo que muchos consideran agotado. Durante más de una década, Lanzarote ha sufrido los efectos de un sistema deficiente: cortes frecuentes de suministro, altísimas pérdidas de agua, inversiones incumplidas y un impacto ambiental notable. Todo ello en un contexto insular en el que el agua es un recurso escaso, caro y estratégico.
La gestión del agua ha sido una de las grandes asignaturas pendientes de la isla, y este proceso podría abrir la puerta a un nuevo sistema más eficiente, transparente y adaptado a las necesidades reales de la población y el medio ambiente. La rescisión del contrato no es solo una cuestión legal o administrativa: es también una decisión política de enorme calado que podría redefinir la gestión de los recursos hídricos en Lanzarote para las próximas décadas.
Conclusión
Junio será un mes decisivo. El Gobierno insular se prepara para dar un paso que podría suponer el final de la etapa Canal Gestión Lanzarote. Mientras tanto, el debate político sigue abierto y las miradas están puestas en el Consejo Consultivo de Canarias, que deberá valorar si los incumplimientos detectados justifican legalmente una rescisión anticipada. Sea cual sea el resultado, está claro que la "guerra del agua" en Lanzarote está lejos de terminar.
