Hasta 10.300 kilos de coca capturados junto a Canarias en solo mes y medio
Los tres recientes ‘superalijos’ interceptados fueron hallados entre un velero, un mercante y un pesquero
Durante las últimas semanas a aumentado exponencialmente la incautación de grandes alijos de cocaína en aguas cercanas al archipiélago. El mercado internacional de esta sustancia habría vuelto a niveles prepandemia cuando se notó una bajada de consumo de sustancias ilícitas destinadas a actividades de ocio nocturno.
En este sentido la ruta canaria "siempre ha sido particularmente activa, pero a nadie se le escapa que la incautación de, aproximadamente, unos 10.300 kilos de cocaína en apenas mes y medio por las aguas de Canarias supone una nueva prueba de que la llamada ruta atlántica del narcotráfico internacional está más viva que nunca, y, para ello, se utilizan todo tipo de embarcaciones en el afán de las mafias por traer estas sustancias estupefacientes desde Sudamérica a Europa", explica Tinerfe Fumero en Diario de Avisos.
Tan llamativa cantidad de droga es el fruto de tres notables servicios prestados a la sociedad por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y, en los tres casos, el éxito de los mismos pasó por impedir que los barcos que cruzaban el Atlántico con tal ilegal mercancía llegasen a desembarcar la misma o proceder a su trasbordo a otras embarcaciones más pequeñas, como suelen hacer para evitar en lo posible ser detectados.
Si a finales del mes pasado se supo de un pesquero que fue abordado por los agentes en aguas cercanas a Tenerife con aproximadamente unos 3.300 kilos de cocaína en su interior, hace una semana se informó de la interceptación de un mercante con bandera togolesa y de nombre Blume que ocultaba, bajo la excusa de un cargamento de café demasiado exiguo para tanto barco, hasta 4.500 kilos más de la referida droga (el segundo mayor alijo de coca en lo que va de siglo por estos lares).
Curiosamente, ayer fue cuando se informó de que ambos servicios tenían un antecedente fechado a primeros del mes pasado, con el abordaje de un velero llamado Mambo con otros 2.500 kilos. Este caso cuenta con un agravante desde la perspectiva isleña, por cuanto las informaciones que condujeron a su captura desvelan que ya el verano pasado merodeó por el litoral de Canarias en busca de algún posible punto de desembarco, como también inspeccionaron varios puertos deportivos con el mismo interés.
Para hacerse una idea de lo que suponen esos 10.300 kilos de cocaína que no llegarán a las calles, basta un sencillo cálculo. Si se multiplica por 60 euros (precio estándar callejero por gramo), la cantidad resultante es nada menos que 618 millones de euros, pero en realidad es muchísimo más, porque esta droga se va mezclando con otras sustancias a medida que va descendiendo en la escala de los traficantes, de tal modo que, solo en el más que improbable caso de que alguien pueda comprar un gramo de cocaína con el 50% de su pureza (siempre es inferior en España, no digamos ya en otros países europeos que no sirven de entrada a la misma), la cantidad se eleva a casi 1.240 millones. Si a ello le suman los tremendos gastos sociales que generan las adicciones, se advierte con más claridad la enorme relevancia de estas incautaciones.
