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La navidad majorera, entre el cabrito frito, la panettone, los tamales y el Christmas pudding

La diversidad es la tónica de una isla donde las diferentes culturas mezclan en estas fiestas una gran diversidad de sabores estos días

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    La Navidad en Fuerteventura ya no se entiende sin su diversidad. A las tradiciones majoreras se suman, desde hace años, las costumbres que traen consigo las comunidades italiana, latina,   británica o en general de otras latitudes, muchas del resto del estado español, dando forma a unas fiestas mestizas muy alejadas de lo que se estilaba hasta hace solamente unas cuantas décadas.

     

    En los hogares majoreros, la Navidad sigue manteniendo símbolos muy arraigados: el belén ocupa un lugar central, acompañado de villancicos, reuniones familiares y platos tradicionales donde no faltan el cabrito frito, la pata asada o los dulces caseros como las truchas, ya sean de batata, de calabaza o de cabello de ángel.  

     

    Las parroquias celebran la Misa del Gallo pero casi todas las localidades se iluminan con motivos de otras latitudes, y el árbol de navidad o Papa Noel son ya parte de la idiosincrasia navideña de los más pequeños.

     

    En los últimos años, la comunidad latina —procedente principalmente de países como Colombia, Venezuela o Cuba— ha adquirido una presencia destacada en Fuerteventura. Para muchos de ellos, la Navidad es una celebración profundamente familiar y emotiva, marcada por la música, el baile y la gastronomía.

     

    Platos como las hallacas, el lechón, los tamales o el arroz navideño comienzan a verse en mesas compartidas y encuentros vecinales, mientras ritmos latinos ponen banda sonora a reuniones y celebraciones comunitarias. A pesar de la distancia con sus países de origen, muchos latinos encuentran en la isla un lugar donde recrear sus tradiciones y compartirlas con otras culturas.

     

    A este paisaje festivo se incorporan las comunidades extranjeras que han hecho de Fuerteventura su hogar. La comunidad italiana, especialmente presente en zonas como Corralejo y Caleta de Fuste, aporta una Navidad muy ligada a la mesa. La “cena de Nochebuena” con varios platos, la pasta fresca, el pescado y los dulces como el panettone se comparten cada vez más en encuentros vecinales y celebraciones colectivas. Para muchos italianos residentes, vivir la Navidad al sol del Atlántico no significa renunciar a sus tradiciones, sino adaptarlas a un entorno nuevo y cercano.

     

    Por su parte, la comunidad británica mantiene vivas costumbres como el tradicional Christmas Day, con su almuerzo de pavo, verduras y Christmas pudding. En bares, y asociaciones de la isla se organizan encuentros navideños donde se mezclan villancicos en inglés y rituales navideños en un contexto isleño que marca la diferencia.

     

    Ayuntamientos y colectivos sociales han sabido reflejar esta diversidad en mercadillos navideños, conciertos y actividades infantiles, donde se escuchan distintos idiomas y se celebran tradiciones de varios países. “La Navidad en Fuerteventura es un reflejo de lo que somos: una isla abierta, donde diferentes culturas conviven con respeto”, señalan organizadores de eventos en Morro Jable.

     

    Así, entre belenes, hallacas, panettone y Christmas crackers, la Navidad en Fuerteventura se vive como una celebración compartida. Una muestra de que la identidad majorera vive un tiempo cambiante, en una isla donde la población sigue creciendo y llegando desde muchas partes del planeta, otorgando diversidad y gastronomía a partes iguales.

     

    La comunidad musulmana participa pero no celebra la navidad

     

    Junto a estas celebraciones, la comunidad musulmana que forma parte activa de la convivencia diaria en la isla, no celebra la Navidad desde el punto de vista religioso pero participa de manera respetuosa en el ambiente festivo, compartiendo espacios públicos, mercadillos y actividades comunitarias.

     

    Para muchas familias musulmanas, estas fechas son una oportunidad para reforzar valores comunes como la solidaridad, el respeto y la convivencia, especialmente a través de acciones sociales, apoyo vecinal y encuentros interculturales. Asociaciones y colectivos destacan que esta convivencia se basa en el reconocimiento mutuo y en la normalización de la diversidad cultural y religiosa.

     

     

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