Las lentejas Canarias se remontan a 2.000 años atrás

Este es el primer estudio genético que se hace de lentejas arqueológicas
En las profundidades de los silos excavados en la roca volcánica de Gran Canaria, los científicos han descubierto algo aparentemente pequeño pero con el poder de revolucionar la historia agrícola del archipiélago, adelanta National Geographic.
Una colaboración internacional de investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria encontró pequeñas semillas de lenteja. El equipo extrajo ADN de estas semillas arqueológicas y hoy, gracias a la ciencia actual, han revelado sus secretos más antiguos.
Los investigadores compararon las lentejas halladas en los silos con variedades modernas cultivadas actualmente en Canarias, la península ibérica y el norte de África.
El resultado fue cuanto menos sorprendente: las lentejas canarias que cultivamos y consumimos hoy día descienden directamente de las lentejas traídas por los colonizadores en el siglo III d.C., hace casi dos milenios.
La historia de las islas Canarias está marcada por una migración temprana desde el norte de África; estos primeros pobladores, de origen bereber, que llegaron en una de las oleadas de colonización y habitaron las islas, introdujeron no solo su cultura y su lengua, sino también prácticas agrícolas adaptadas al entorno.
Las semillas de lenteja fueron parte esencial de ese paquete agrícola (que, probablemente habrían sido traídas por los fenicios). En un archipiélago con tal variabilidad climática, su cultivo se adaptó con éxito a las condiciones locales. Además, las mujeres indígenas, rama de supervivencia de la antigua cultura, contaban con gran conocimiento sobre qué cultivos sembrar.
De hecho, esta hipótesis sobre el papel de las mujeres indígenas en la continuidad agrícola tras la llegada de los colonizadores europeos en el siglo XIV, habría posibilitado la elección de las variedades cultivadas y, según los expertos, las mujeres habrían sido claves en este sentido.
Las semillas analizadas fueron halladas en graneros subterráneos tallados directamente en la roca volcánica (silos), una tecnología desarrollada por los antiguos canarios para conservar sus cosechas durante largos periodos. Estos silos milenarios ofrecían condiciones ideales de temperatura y humedad para el almacenamiento de granos y legumbres y, gracias a ellos, algunas semillas se conservaron lo suficientemente bien como para permitir su análisis genético siglos después.
Lenteja tipo Lanzarote
Otro de los resultados interesantes que arroja este trabajo hace referencia a la conocida como “lenteja tipo Lanzarote”, que no se producen en esta isla a pesar de lo que sugiere el nombre. Esta variedad se ha hibridado a lo largo del tiempo con la lenteja peninsular para asegurar una mayor adaptabilidad. A este respecto, la profesora de la ULL Rosa Fregel detalla que “las lentejas de Lanzarote han aportado sus genes a las lentejas españolas. Ante el cambio climático actual, las lentejas canarias, adaptadas a crecer en condiciones cálidas y secas, pueden resultar de gran interés para la mejora genética de estas plantas en el futuro”.
El estudio, cuyos resultados se han dado a conocer en la revista Journal of Archaeological Science, ha contado con financiación, entre otros, del Consejo Europeo de Investigación (ERC) y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España. Los análisis de datos se llevaron a cabo utilizando la Infraestructura Nacional Académica para Supercomputación en Suecia (NAISS), financiada en parte por el Consejo Sueco de Investigación.