Mazuelos pide no usar la inmigración para “sembrar miedo ni dividir”
El obispo de Canarias reclama “ver en cada migrante no un problema, sino un hermano”
El obispo de Canarias, José Mazuelos, no ha dejado pasar inadvertida la cuestión migratoria durante su homilía en la misa celebrada en honor a la Virgen del Pino, en la celebración de su día grande. Así, ha pedido no usar la inmigración para “sembrar miedo ni dividir” y reclama ver en cada persona migrante “no un problema, sino un hermano”.
“Son miles de hermanos que llegan buscando pan, trabajo, dignidad y un futuro mejor para sus hijos”, ha señalado el obispo durante su intervención, “escapando de la persecución, la pobreza y la violencia”. Mazuelos recalca que no se puede ignorar el sufrimiento de quienes han tenido que abandonar sus tierras a causa de la guerra y la devastación de sus recursos naturales por “las multinacionales sin escrúpulos”. Por ello, considera necesario “dejar a un lado las ideologías” y “alzar la voz” en Europa para hacer crecer una política de servicio “en busca del bien común” que pasa, añade, “por el respeto a la dignidad de todos los seres humanos”.
El obispo de la Diócesis de Canarias lamenta las más de 10.000 vidas perdidas en el Atlántico y “otro tanto más en las arenas del Sahara”, motivo por el que pide a los gobernantes “escuchar la voz de los sin voz” y luchar para que el océano “deje de ser un cementerio”. Asimismo, se muestra tajante: “no se puede usar la migración para buscar votos, hacer política fácil o buscar la polarización” porque la cuestión migratoria “nos llama a todos a dejar los beneficios partidistas y buscar el consenso”.
Por ello, considera que “no podemos permitir” que se utilice la inmigración para “sembrar miedo ni dividir a la sociedad”, reivindicando la fraternidad, la justicia y la paz “sin caer en manipulaciones ideológicas”. Además, incide en que no se trata solo de un “problema canario”, sino de un desafío global que necesita respuestas compartidas. Con todo, pone énfasis en que Canarias “no puede ni debe cargar sola con esta realidad” en la que no caben “parches de emergencia”, sino soluciones a largo plazo.
Medidas entre las que incluye programas de convivencia para favorecer la integración y la cohesión social. Así, ha pedido a la Virgen del Pino que “nos regale ojos nuevos” que permitan ver a cada migrante “no como un problema, sino como un hermano” y que Canarias “no solo sean una frontera, sino un puente de encuentro, justicia y fraternidad”.