Cuando los incendiarios son parte del problema 2ª entrega: AECA pierde el norte
Los problemas son aquellas cuestiones que tienen solución, siempre que haya alguien capacitado para la tarea que se encomienda, esto es así aquí y en Bélgica, pero vivimos tiempos en los que la falta de preparación en algunos liderazgos está generando menos soluciones, más conflicto, más barro.
En este sentido AECA, y su junta directiva y sus mensajes en redes sociales, son responsables de querer generar conflicto alrededor de la delincuencia y sus consecuencias. Conflicto y amplificación del mismo.
Fuerteventura es una isla segura. Eso es un hecho. Los datos del Ministerio del Interior apuntalan que tenemos una de las tasas de criminalidad convencional más bajas del mundo, un 41.1 por cada 1000 habitantes.
Para información de los señores de AECA la tasa de criminalidad convencional en Bélgica se situó en 74,8 por cada 1000 habitantes, 79,5 en el Reino Unido, 60,7 en Alemania y 53,9 en Dinamarca. En fin, cuando el que viene a limpiar dejó la casa sin barrer.
Pero además, en Fuerteventura suben los crímenes según los últimos datos del Ministerio del Interior, ¿Cómo es esto posible? Se pregunta AECA. Es fácil, sube el turismo, suben los habitantes, sube el negocio nocturno, sube la venta de alcohol, (le suena a la junta directiva de AECA, creo que se dedican a esto). Suben los porcentajes de delincuencia, pero seguimos teniendo los mejores parámetros del mundo.
Ambas cosas están ocurriendo en Fuerteventura, y seguramente hay que plantearse soluciones para tratar de encontrar una senda donde no siga el crecimiento de los delitos, pero eso no es compatible con que una asociación empresarial se convierta en un reflejo de los que azuzaban los conflictos sociales en la Loussiana de principios del siglo XX.
No nos preocupa desde esta redacción que una asociación de empresarios ataque a un medio de comunicación por tener una línea editorial alejada de los parámetros fascistas de nuestro tiempo y a la vez generar contenidos de lo que ocurre en la isla. Lo que nos preocupa es que los empresarios de Caleta de Fuste elijan a personas incapacitadas que buscan incendiar el debate sin aportar más soluciones que la siembra de la discordia.
Los problemas de los majoreros y majoreras son la vivienda y los bajos salarios. Problemas generados por el monocultivo económico en el que se ha visto atrapada Fuerteventura.
Estos problemas son producto de una industria turística que tiene que venir a aportar soluciones, nunca conflicto. No es labor de los empresarios generar tensión social de matón de barra de bar.
En febrero de este año el presidente de AECA en nota de prensa planteaba que Caleta de Fuste estaba “al borde del colapso como destino turístico y como comunidad”. No es cierto, el destino tiene buena salud. Fuerteventura es segura y el camino es trabajar por mejorar aún más.