Cáritas advierte que lo peor está por venir
La gravedad de la crisis económica que dejará a su paso el Covid-19 tendrá unas consecuencias catastróficas para la población
Dramática, así es la situación en que se encontrará gran parte de la población del mundo cuando se consiga vencer la pandemia sanitaria del Covid-19 y es que, tras la propia pandemia, acecha otro mal, sino mayo, igual de malo: una crisis económica sin precedente alguno.
Fuerteventura, sin lugar a dudas, será uno de los lugares especialmente afectados debido a su dependencia del turismo. Pero no el único. Esta semana Caritas International solicitaba acciones valientes e inmediatas a la comunidad internacional al advertir que las consecuencias de la pandemia de COVID-19 serán más peligrosas y más letales que el propio virus.
En el caso de la Maxorata, la paralización de la actividad turística, motor económico insular, ha dejado sin trabajo, por los Ertes y los Eres, al ochenta por ciento del empleo insular, al menos, hasta diciembre. Una situación insólita y preocupante.
Consecuencias posteriores
Señalaban desde Caritas que, hasta ahora, la atención mediática se ha concentrado en la difusión del virus, pero que hay que tener en cuenta las posteriores consecuencias "sobre todo para las comunidades más vulnerables que viven en los países más pobres".
Según las proyecciones del Programa Mundial de Alimentos, en todo el mundo se espera que el número de personas al borde del hambre se duplique debido a consecuencias económicas relacionadas con la pandemia y podría llegar a 230 millones personas.
Explican que África es el continente más afectado como consecuencia de la falta de alimentos, el cierre de las fronteras y los desastres naturales, pero también muchos países de Oriente Medio, de América Latina y Asia "ya están al borde de una grave crisis alimentaria que está llevando a un aumento importante en la desnutrición infantil y del número de adultos que padecen hambre".
"Los migrantes irregulares son otra comunidad particularmente expuesta, porque no cae en ninguna de las categorías a las que se les ayuda" y Cáritas pide que "las autoridades locales les garanticen el acceso a los servicios esenciales y, en particular, a la asistencia sanitaria".
El secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, señaló que se trata de "una emergencia atípica en la que los países que normalmente se encuentran entre los principales donantes son los más afectados por el virus", pero afirmó que "debemos ser conscientes de que el uso de la ayuda para responder a las necesidades nacionales no es la solución correcta".
Caritas Internationalis instó a la comunidad internacional a "suspender las sanciones económicas contra Libia, Irán, Venezuela y Siria para permitir la importación de medicamentos, equipo médico y necesidades básicas para el población" y "proporcionar a las organizaciones de inspiración religiosa los medios para responder a las necesidades".
Asimismo, instó a "ir más allá de la simple respuesta a la propagación del coronavirus para evitar otra tragedia humanitaria grave".