El dilema del vacacional, la nueva realidad canaria
Si bien genera rentas a pequeños (y grandes) propietarios se convierte en un terrible freno de cara al alquiler tradicional de viviendas
La situación de la vivienda para alquiler en relación a familias de trabajadores de rentas medias se está convirtiendo en tarea imposible. La falta de oferta en zonas turísticas y no tan turísticas está generando un grave problema de convivencia. Pero por otro lado es una realidad económica que parece haber venido para quedarse.
El peso de la vivienda vacacional dentro del sector turístico sigue creciendo en Canarias. Entre 2020 y 2022 sumó 10.000 nuevas plazas. En total, el pasado verano la oferta alcanzó las 172.000 plazas repartidas en 40.000 viviendas. El Archipiélago es la segunda comunidad con mayor porcentaje de ese tipo de pisos sobre el total de viviendas, solo por detrás de Islas Baleares, pero mientras allí ha descendido, aquí sucede al contrario.
Según afirma la Asociación Canaria de Alquiler Vacacional (ASCAV) esta modalidad deja un impacto económico que en Canarias “supera en estos momentos los 2 mil millones de euros. Economía que recae directamente en los bolsillos de las familias canarias y de un sinfín de empresas que aportan valor a la vivienda vacacional, como el sector de rentacar, comercio, restauración, ocio, etc. Sin mencionar, la multitud de nuevas empresas que se han creado para cubrir las necesidades de la vivienda vacacional, como gestores, intermediarios, empresas de limpieza, mantenimiento, construcción y reformas, etc”.
De esta forma “esta manera de entender el turismo es criticada por unos y alabada por otros, pero la realidad es que el alquiler vacacional se ha convertido en una opción turística válida y por la que optan muchos de los visitantes que llegan a las islas”.
La realidad es que desde que en 2018 el Supremo tumbara el decreto del alquiler vacacional del Gobierno que trataba de impedir la vivienda vacacional en las zonas turísticas, ésta no ha dejado de crecer.
Lleno absoluto de cara a Semana Santa
Esta modalidad, que no para de crecer, ha tenido en el mes de febrero “el mejor de la historia en Canarias, con ocupaciones cercanas al 80%”, afirman desde ASCAV, “muchos de nuestros clientes son repetidores. De hecho, ya tenemos reservas para el invierno próximo”, manifiesta. Para la próxima Semana Santa, la previsión es que se repita el lleno absoluto de 2022.
