El final de un político “fuera de este tiempo”
Todo indica a que González Arroyo ‘se come’ los carteles del Senado
El Tribunal Supremo ha dado la ‘puntilla’ al Marqués de las Dunas. Con los carteles electorales para el Senado y el Cabildo de ‘Gana Fuerteventura’ ya encargados y pagados, Domingo González Arroyo recibió ayer viernes la confirmación por parte de sus abogados de que, efectivamente, la reciente decisión del Tribunal Supremo le deja fuera de cualquier opción a participar en todo tipo de elecciones durante los próximos nueve años.
Nada más celebrar los 81 años el pasado 30 de marzo, González Arroyo ya es consciente –ahora sí-- de que al tiempo que durante décadas extraía irregularmente recebe de su cantera de Lomo del Pájaro, estaba excavando también su tumba electoral.
La sentencia del Tribunal Supremo se conoció el pasado jueves. González Arroyo encajó el golpe anunciando que sólo le afectaba a sus aspiraciones al Cabildo, pero que mantenía intacto su derecho a presentarse como candidato al Parlamento de Canarias y al Senado, compartiendo plancha electoral con Águeda Montelongo.
Tardó apenas 24 horas en darse cuenta de que no era así. La sentencia del TS es clara y ejemplar, pretende incluso marcar jurisprudencia a nivel nacional.
El último franquista
González Arroyo es un político de otra época: de la Dictadura. Fue concejal franquista en La Oliva durante 14 años por el denominado tercio familiar. Cambió de camisa rápidamente con la llegada de la Democracia, y desde 1979 a 2003 fue alcalde de La Oliva con varias formaciones de derechas, entre ellas UCD, CDS y Partido Popular.
Cuando en 2003 Claudina Morales (CC) le arrebató la alcaldía se encontró con 19 planes parciales y proyectos urbanísticos a punto de aprobarse en el Ayuntamiento, que habrían triplicado el número de camas turísticas de La Oliva, si no se hubieran frenado,
Desde 2008, tras presentar una moción de censura a Claudina Morales, ha participado en varias ocasiones en el gobierno de La Oliva, bien directa o bien indirectamente. Consiguió incluso ser el candidato más votado en las últimas elecciones de 2015, aunque rápidamente perdió la alcaldía por una nueva inhabilitación de los tribunales.
El insulto y la amenazas
Además de los planes urbanísticos, la otra especialidad del ‘Marqués de las Dunas’ con el insulto y la amenaza. Un rápido recorrido de hemeroteca puede muy bien comenzar con el ‘desfondada’ que dirigió a Olivia Estévez, concejala del PSOE en La Oliva; o las críticas a Claudina Morales por ir al Ayuntamiento “en minifalda y con pantalones ajustados”; o el más reciente “tenga usted cuidado por “si tiene un resbalón y se da con un palo en la cabeza”. Por el camino también quedan el “angelitos negros” para justificar su respeto a los inmigrantes irregulares de los que llegó a decir que “vienen con un cuchillo entre los dientes”.
En 1999, por entonces ya senador y alcalde, el periodista José María Irujo lo describía así en El País: “Domingo González Arroyo, senador del PP y alcalde del municipio de La Oliva (Fuerteventura), ha puesto la guinda a su imperio patrimonial y político. Es propietario en la isla de 24 fincas rústicas y seis solares de un millón de metros cuadrados; cinco viviendas, dos gasolineras, una cantera, dos sociedades, ocho automóviles de lujo, una radio, y desde el pasado día 4 de una televisión local e ilegal, Tele Difusión Fuerteventura, en cuyo lanzamiento se han invertido 100 millones de pesetas. Su partido no ha investigado de dónde ha obtenido esta fortuna un hombre que en 1964 conducía un viejo camión Pegaso, heredado de su padre, y descargaba a hombros material para la construcción del hotel Tres Islas, el primero en Fuerteventura. Ahora, después de veinte años de alcalde, acaba de ser presentado como candidato del PP al Cabildo de Fuerteventura, la más alta institución de la isla”.