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Explotar los tesoros submarinos al sur de Canarias y el nuevo orden estratégico

Situación política aparte, ahora mismo no hay ni tecnología ni legislación para explotar las llamadas “abuelas” de Canarias

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
  •  Fotografía de Bruno Perera. Publicada en Lancelot

     

    Los montes submarinos al sur del archipiélago, las denominadas abuelas de Canarias, son los montes submarinos más antiguos de la tierra. Tienen alrededor de 140 millones de años y surgieron cuando se abrió el océano atlántico. Justo antes de la pandemia saltaban con fuerza a la palestra mediática por el juego de intereses, las investigaciones y las posibles tensiones territoriales que pueden darse en aguas cerca del archipiélago. No hay que olvidar que España pedía en 2015 a Naciones Unidas que se reconociera su soberanía sobre esas aguas y el lecho marino, claro.

     

    Estos montes submarinos son ricos en minerales estratégicos como el cobalto, el telurio y tierras raras. Desde hace años, investigadores españoles y extranjeros han encabezado diversas misiones científicas para calibrar el potencial del subsuelo marino canario con vistas a una posible explotación en el futuro.

     

    Las aguas canarias y el contexto internacional

     

    El giro dado por Pedro Sanchez en relación a Marruecos y el Sahara Occidental, ha vuelto a poner en primera linea informativa la canariedad de las aguas donde se encuentran estos montes submarinos. Hasta la fecha el status quo del Sahara planteaba que Marruecos no puede explotar aguas saharauis que serían quienes podrían litigar con el archipiélago, pero el cambio de rumbo del gobierno español aboga a una negociación de realpolitik con Marruecos sobre la situación de los montes submarinos.

     

    Hay que recordar en este punto que el parlamento alauita aprobaba  en 2020 dos leyes que extendían la demarcación marítima marroquí hasta las islas Canarias. Entre tanto, el país ha pedido ante la ONU extender su plataforma continental, en respuesta a la petición que hizo España en 2015 de extender la plataforma continental canaria hasta las 350 millas, lo que dejaría dentro de la demarcación española el monte Tropic, ahora 50 millas más allá de la Zona Económica Exclusiva (fijada en 200 millas náuticas). El resto de montes submarinos canarios sí están bajo jurisdicción española.

     

     

    En este punto la reciente visita de Pedro Sanchez a Marruecos dejaba un decálogo de puntos en el que destaca el 6,  “Se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos”.

     

    Aunque este planteamiento bilateral, en relación a la situación del archipiélago, estaría pendiente, al menos al sur de Tarfaya, de la solución del conflicto en el “marco de Naciones Unidas”, que es el mantra que se repite desde el gobierno socialista los últimos días.

     

    Según la revista digital Libre Mercado, además de la situación política hay mucha dificultad para llegar a la explotación minera de estos minerales raros, afirma  “que esta riqueza submarina llegue algún día a explotarse es todavía una posibilidad remota, condicionada por múltiples factores políticos y tecnológicos. España tardaría décadas, y eso si finalmente lo hace, en hacer uso del tesoro submarino que esconden las aguas canarias”.

     

    Las dificultades tecnológicas

     

    Los montes submarinos canarios están recubiertos de "costras de ferromanganeso polimétálicas" de varios centímetros de espesor que han ido acumulándose a lo largo de millones de años y que albergan "metales críticos, esenciales para la industria", como explica el catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas José Mangas, citando entre ellos el cobalto, el níquel y las tierras raras.

     

    Aunque el monte más mediático es el Tropic, esta riqueza estaría presente en una veintena de montes submarinos canarios, de "dimensiones monstruosas". Mangas, investigador del grupo GEOGAR adscrito a la Universidad de Las Palmas, explica que son como "islas bajo el agua", con alturas similares al Teide y una superficie en la cumbre de muchos kilómetros cuadrados.

     

    Las "costras" con los minerales de interés, formadas bajo el agua a partir de corrientes submarinas, se encuentran "entre 500 y 1.500 metros de profundidad", lo que requiere de una tecnología muy especializada, como "robots no tripulados", para realizar la extracción. Es necesaria una maquinaria específica para aprovechar esas "costras con diez centímetros" de espesor y Europa "aún no la tiene", señala.

     

     

    Otro de los problemas que hay que solucionar en relación a la explotación de estos montes submarinos es la falta de legislación en nuestro país de minería submarina. “Es aún tan incipiente que todavía está por regular en la inmensa mayoría de países. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) está elaborando la regulación en aguas internacionales, patrimonio común de la humanidad, que incluirá protocolos relacionados con el medio ambiente”, explica Mercedes R. Martín de libremercado.com.

     

    Esta normativa, "en fase de discusión y de aprobación", será "el documento de partida" que previsiblemente utilizarán muchos países para legislar sobre sus propios recursos.

     

    Las presiones ecologistas

     

    En España, numerosos proyectos mineros “no avanzan por las presiones ecologistas”, como lamentó recientemente el Colegio de Geólogos, y “no parece que el caso canario fuera a ser una excepción".

     

     

    “Organizaciones como Greenpeace ya han lanzado campañas contra la minería submarina y sus peligros para la biodiversidad y aunque los proyectos que se están desarrollando prometen el máximo respeto por los ecosistemas es prácticamente seguro que un proyecto de explotación recibiría una respuesta en contra”, concluye Mercedes R Martín.

     

    A pesar de que la industria siempre asegura la máxima eficiencia, la minería submarina no deja de ser una actividad altamente contaminante y muy peligrosa de cara a la biodiversidad. Los fondos marinos cercanos a Canarias están llenos de vida y cualquier planteamiento minero en estas aguas debe llevar asociado las mayores garantías posibles, lo que por supuesto condiciona cualquier extracción, además de que sin la tecnología adecuada no parece sencillo que se vayan a dar los permisos para ello.

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