La calima y las altas temperaturas se convierten en una constante en Fuerteventura
Los días claros dejan de ser la norma en la isla por causa de la “victoria” de la Gran Dorsal Africana frente a los vientos alisios
La calima solía ser un fenómeno circunstancial en la isla de Fuerteventura y en general en Canarias, “había calimas, si, pero una al año, dos en todo caso, incluso algunos años tardábamos en ver alguna, ahora lo que tarda es en salir un día claro”. En relación a lo que ocurre en estos momentos, la calima seguirá rondando a Fuerteventura al menos hasta pasado el fin de semana.
La fuerte influencia de la “gran dorsal africana”, un sistema de altas presiones que desde el norte del continente africano abraza al archipiélago, supone una barrera infranqueable para los vientos alisios, desplazando al Anticiclón de las Azores que ahora aparece en latitudes más altas.
En condiciones normales, son los vientos alisios que llegan de dirección nor-noreste, impulsados por el anticiclón de las Azores, los que refrescan a las islas a la vez que “empujan” a la dorsal hacia el sur. Pero esto ya no ocurre, la dorsal parece haber ganado la partida.
El mes de julio más cálido de los últimos sesenta años
La temperatura media en Canarias en julio fue de 23.5 grados, con una anomalía de +1.2 grados sobre la media de la serie de referencia, correspondiéndole un carácter muy cálido. Estas cifras lo convierten en el sexto mes de julio más cálido desde 1961. En Agosto ha sido peor, pero aún no se tienen los datos.
¿Qué nos espera?
Según afirman los meteorólogos, entre los cambios que se han ido produciendo en nuestro entorno, la baja atmósfera está más caliente, lo mismo que la superficie marina lo que da como resultado unas dorsales más persistentes, que abarcan extensiones mayores de la superficie terrestre, y con un aire que se recalienta más, formando bóvedas o domos de calor extremo.
Un patrón que se repite en otras regiones del mundo
“Desde hace algunos años estamos viendo cómo ese mismo patrón se repite en distintas zonas del mundo, dando lugar a unas olas de calor extraordinarias de las que no existían precedentes. En muchas de ellas las anomalías cálidas (los picos de calor) se van de escala. Los propios modelos meteorológicos pronostican cada vez con mayor frecuencia campos de anomalías previstos que superan su climatología. El índice EFI (de rareza) se dispara con frecuencia a valores muy altos”, explica Jose Miguel Viñas, meteorólogo en Meteored.
Estamos asistiendo en directo y no precisamente a cámara lenta, a un nuevo escalón en el calentamiento global. La subida de la temperatura no es lineal y progresiva como cabría esperar, sino que todo apunta a que se está produciendo un cambio de comportamiento, con implicaciones en la dinámica atmosférica.
