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Las auroras boreales volverán a conquistar el cielo de Canarias

Los expertos prevén que el Archipiélago volverá a disfrutar de este fenómeno, por segunda vez este año, en junio

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
  • Thalia Bello. Foto Antonio González, IAC

     

    Colores celestes, casi inimaginables e idílicos, que conquistan el cielo nocturno en las zonas polares. Cuando pensamos en auroras boreales, nuestra mente viaja hacia países nórdicos como Finlandia, Noruega, Islandia o Suecia. Sin embargo, en este 2024, Canarias pudo contemplar este espectáculo atmosférico desde distintos puntos de las islas el pasado mayo. Una cita que, en palabras de los expertos y científicos, estiman que se volverá a repetir, por segunda vez en lo que va de año, este mes de junio.

     

    Y es que el Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos prevé que se producirá una erupción solar de nivel X, la categoría más alta en la escala utilizada para medir estos eventos. Sin embargo, tal y como recuerda en una entrevista con TIEMPO DE CANARIAS Héctor Socas, investigador científico del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), este evento no es ninguna novedad, pues se tienen registros históricos de auroras boreales en las Islas desde el año 1859. Pero, ¿por qué cada vez es más frecuente que este fenómeno natural tiña el cielo del Archipiélago?

     

    La Agencia Espacial de Canadá define a las auroras boreales como un conjunto de partículas cargadas –electrones y protones– que chocan con los gases en la atmósfera superior del planeta Tierra. “Esas colisiones producen pequeños destellos que llenan el cielo de luz colorida y, a medida que miles de millones de destellos ocurren en secuencia, las auroras parecen moverse o 'bailar' en el cielo", añaden.

     

    Tal y como ha explicado Héctor Socas, las auroras boreales se están produciendo con más frecuencia en el territorio regional debido a que “nos estamos acercando al máximo de actividad solar, que tiene un ciclo de 11 años, en los que pasa por máximos y mínimos en regiones activas”. Ahí, en ese choque de la atmósfera, se produce “la luminiscencia de colores que se observan”. Un evento natural que, tal y como señala el científico, se produce en el Archipiélago desde el año 1859; pero ahora “vuelven a estar de actualidad porque la región activa del volcán de La Palma” ha atraído a la rotación del Sol.

     


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    Así, en palabras de Héctor Socas, “el Sol ha pasado de estar mirando hacia nosotros a rotar hacia el borde del mapa”. “Entonces, mientras que hace un tiempo la Tierra se posiciona en la cara oculta del sol, ahora volverá a aparecer por el otro lado”, ha continuado, “cumpliendo con la rotación habitual de cuatro semanas, es decir, 28 días aproximadamente”. No obstante, el experto del IAC asegura que la entidad “seguirá vigilando” de cerca su actividad, ya que las auroras boreales esconden aún muchas preguntas sin respuestas. 

     

    Un “debate científico”, tal y como lo ha calificado, que se genera en el seno de las investigaciones en este campo sobre “si esos periodos tan prolongados sin actividad solar pueden estar relacionados con épocas en las que el clima de la Tierra fue un poco más frío”. Sin embargo, Socas también ha aprovechado la ocasión para aclarar que este tipo de fenómenos naturales y el incremento de su actividad en los últimos años no tiene nada que ver con el cambio climático.

     

    Entre esos debates, también se estudia si las auroras boreales podrían convertirse en un atractivo turístico que impulse la diversificación de la economía. Y es que Hector Socas señala que este fenómeno es “tremendamente infrecuente”, a pesar de que “están siendo los momentos más intensos de los últimos 20 años, desde el año 2005, prácticamente”. 

     

    Asimismo, señala que las tormentas solares “duran como mucho una hora o un día, por lo que tampoco tienen la capacidad de alterar el clima de la Tierra”. “Esto no es de relojería, pues ha habido veces que el ciclo ha sido más intenso o menos intenso”, continúa, “de hecho, hay algunas épocas en las que han pasado 50 o 60 años en las que ha estado prácticamente suprimido y prácticamente no ha habido actividad en el Sol”.

     

    No obstante, para el científico del IAC el “el estudio de la de la actividad solar sí que está generando una investigación intensa y muy puntera desde el Instituto”, contando también con la colaboración de otras organizaciones de países nórdicos. De esta forma, Socas opina que el Archipiélago puede aprovechar estos recursos para incrementar el turismo rural y astronómico, ya que el territorio regional “es un punto excepcional para observar el cielo”.

     

    Respecto a los posibles miedos que puedan surgir, Socas aclara que dichas erupciones en este campo magnético “no suponen un problema para la salud pública”, gracias a esa ‘capa’ que “captura las partículas que vienen del sol y las redirige hacia los polos”. Además, “esto ha pasado toda la vida, desde que el ser humano habita en la tierra”, recuerda el experto del IAC, aunque alerta de que sí puede afectar a las tecnologías y dispositivos electrónicos, afectando al funcionamiento de sectores claves en nuestra sociedad moderna.

     

    De hecho, Hector Socas rememora un episodio que se produjo en el año 2003, cuando “hubo una serie de este tipo de tormentas solares muy intensas y que provocaron apagones considerables en Suecia y Canadá”. Por ende, este fenómeno extraordinario de la naturaleza puede generar problemas en el suministro eléctrico, aunque “no es lo habitual”, puntualiza.

     

    Con todo ello, la pregunta más frecuente este año es: ¿cuándo y desde qué punto del territorio insular se podrán volver a ver las auroras boreales? Según el científico, esa respuesta se sabrá el día antes de la fecha prevista de que suceda el fenómeno o, incluso, con unas pocas horas de antelación. “Va a ser muy difícil de prever”, adelanta Socas, “aunque lo ideal sería un cielo muy oscuro, porque su resplandor va a ser muy tenue”.

     

    Tristemente, el experto del IAC adelantó a los curiosos que “no esperen ver imágenes como las auroras polares de Suecia”, porque en Canarias se observará “un resplandor rojizo muy tenue o débil”. No obstante, para poder disfrutar este espectáculo lo mejor posible, Hector Socas recomienda subir a la montaña más alta y oscura donde no haya contaminación lumínica, con sentido norte. En cuanto a qué puntos del territorio serán los mejores para observarlas, todo apunta a que se dejarán sentir aún más en la isla de La Palma, aunque los expertos informarán de otros puntos en los próximos días.

     

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