Los ecologistas contra el nuevo muelle de Corralejo
Acusan de industrial al muelle comercial que dará servicios al pasaje entre Fuerteventura y Lanzarote
Alrededor de 13 activistas de diferentes grupos ecologistas radicados en parte de las islas canarias manifestaban este viernes su posición contraria a la ampliación del muelle de Corralejo.
La obra, una vieja aspiración de la sociedad majorera, se ve refrendada por la impresionante infraestructura que tiene el puerto “gemelo” de Playa Blanca, frente a las obsoletas infraestructuras de Corralejo.
Con la ejecución del nuevo muelle de Corralejo se plantea un esquema similar al que se ha ejecutado en la otra orilla, en Playa Blanca que ya está en funcionamiento tras una inversión de unos 40 millones de euros. La idea es que el puerto majorero tendría una lámina de agua abrigada que alcanzaría los 33.922 metros cuadrados.
El Puerto tratará de mejorar las instalaciones como decimos obsoletas, para el tráfico de mercancías y pasajeros, que llega a alcanzar 1 millón de personas al año, y que en estos momentos se encuentra en una situación tercermundista. Las previsiones son que el tráfico de mercancías y pasajeros siga creciendo entre las dos islas.
En el proyecto se incluyen locales de uso comercial a lo largo del muelle, fuera de la terminal de pasajeros. El presupuesto de la ampliación del muelle de Corralejo se estima en 32,8 millones de euros. De ellos, casi 9,3 millones se destinarían al dique de abrigo, mientras que otros 5,7 millones costarían los atraques (2,8 un pantalán adosado y 2,5 millones el pantalán central).
Las edificaciones del nuevo muelle saldrían por más de 3,7 millones de euros. Además, en pavimentación se irían 1,5 millones. Un importe similar se tendría que destinar para los elementos de atraque y amarre, y algo menos en la nueva explanada del puerto. El plazo de ejecución de las obras sería de unos 26 meses.
Ecologistas y desarrollo
Los ecologistas creen que los impactos ambientales del puerto afectarán a la biodiversidad marina y litoral de la zona incluyendo el impacto sobre el oleaje y, por consiguiente, a la actividad pesquera artesanal, a deportes como surf y similares, el submarinismo y a la actividad turística, ya que las playas del municipio podrían perder su arena.
