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“Quienes necesitan una tabla de salvación son las personas que lo están pasando mal en este momento”

“En Puerto del Rosario no ha habido en ningún momento una sensación de descontrol, la incidencia de la enfermedad no ha sido realmente relevante”

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    Puerto del Rosario acapara la zona con más población de la isla. En este sentido podría haberse convertido en el epicentro de la pandemia en Fuerteventura, pero nada más lejos de la realidad. La situación ha sido muy tranquila en cuanto a los casos y la población se ha comportado cívicamente en cuanto al distanciamiento social. 

     

    La preocupación en estos momentos viene del lado de la economía y de la situación de muchas familias más desfavorecidas, de estas y otras cosas charlamos con el alcalde capitalino, Juan Jiménez, en la siguiente entrevista.

     

    P: La situación en Fuerteventura con la pandemia de la Covid 19 es de las más tranquilas del Estado ¿Llegó a temer por una situación sanitaria complicada en Puerto del Rosario?

    R: La gestión y el control del virus en la capital y en la isla, en definitiva, ha procurado cierta tranquilidad no exenta de una relativa incertidumbre por el futuro inmediato. En todo caso, al margen de la observación del fenómeno global, en Puerto del Rosario no ha habido en ningún momento una sensación de descontrol o incremento de los casos existentes, que podríamos considerar casi anecdóticos en relación a nuestra población, pues su incidencia no es realmente relevante.



    P: Los vecinos parece que se han comportado en el confinamiento, pero hay quejas de que en las últimas semanas se ha bajado algo la guardia ¿cómo valora a los vecinos de la capital? ¿Se han producido situaciones tensas?



    R: El comportamiento de los vecinos/as es excelente, circunstancia que hay que agradecer, pues el buen discurrir de los días y las semanas ha tenido mucho que ver con la evidente responsabilidad ciudadana que se ha podido apreciar. Como alcalde, ese hecho supone una garantía de seguridad que procura el sosiego necesario para trabajar sobre cualquier carencia advertida, ya sea sanitaria, económica o social.



    P: La vigilancia ha sido cuestionada desde algunos sectores que hablan de un exceso de celo ¿cree usted que vienen tiempos de vigilancia excesiva a la ciudadanía?

    R: Espero que no, puesto que eso supondría establecer una especie de gran hermano, un ser permanentemente vigilante que nunca resulta sano, pues los estados policiales son lo más alejado de la madurez democrática y social al que el progreso de nuestro pueblo debe aspirar.



    P: Los servicios sociales pasarán a ser claves en la gestión post COVID 19, ¿se prevé ampliar los servicios en la capital? ¿Cree que será suficiente ante la problemática social que puede avecinarse?



    R: Sí, efectivamente, así será. Hay que recordar que, al margen de la necesidad del incremento de los recursos que precisa el departamento de Servicios Sociales por el acaecimiento de la pandemia, fue un compromiso al que me comprometí al inicio de este mandato y esa demanda requiere un esfuerzo que se verá reflejado en breve.



    P: Hay obras fundamentales en la capital que usted pretendía desarrollar en esta legislagtura, ¿Cree que habrá recortes en cuanto a la financiación municipal? ¿Hay temor de que sea una legislatura complicada para el desarrollo de las obras?


    R: A pesar de que es innegable que habrá modificaciones importantes a corto plazo en el ámbito presupuestario por la disminución de los ingresos del Fondo Canario de Financiación Municipal, esperamos poder reformular los objetivos en materia de obras que van a redundar en el estímulo de la economía local a través de la generación de la licitación pública que también creará empleo.

     

    No obstante, hay actuaciones emblemáticas que siguen su curso, como la avenida marítima, el ciclo integral de la gestión de las aguas residuales o el plan de asfaltado, entre otras, que nos ayudarán a remontar una situación sobrevenida que superaremos unidos/as.



    P: Las familias de la isla se preparan para un periodo de crisis económica y social, ERTES, Autónomos de baja, desempleo. ¿Puede darse una situación complicada con los trabajadores de la administración pública? ¿Cree que los funcionarios deberían compartir el peso de la crisis con el resto de los ciudadanos? ¿Y los políticos?


    R: Piense que Puerto del Rosario, que concentra a la mitad de la población insular, a pesar de no estar exenta de la afección de la caída del turismo, porque muchas pequeñas y medianas empresas del municipio tienen relación indirecta con el sector terciario, concentra, sin embargo, la práctica totalidad de las instituciones y organismos de orden estatal y autonómico, por lo que nuestra economía es esencialmente funcionarial y administrativa que, en cierto modo, garantizan una sinergia económica distinta a los polos turísticos de la isla.

     

    Aun así, ese orden de cosas no nos va a librar de ciertas rectificaciones que condicionarán, sobre todo, a determinadas inversiones inicialmente previstas que tendrán que buscar acomodo en fases posteriores de la legislatura.



    P: Usted ha reclamado poder disponer del superávit y los remanentes presupuestarios para hacer frente a la situación generada por el coronavirus. ¿Cree que esa podría ser la tabla de salvación para los ayuntamientos?



    R: Quienes necesitan una tabla de salvación son las personas que lo están pasando mal en estos momentos. El hecho de poder utilizar el superávit o los remanentes podría suponer una inyección económica en forma de ayuda a quienes están en un estado de vulnerabilidad, de manera que podamos reforzar las ayudas sociales y los recursos institucionales con los que mitigar la angustia social y económica de dichas personas. Parece que vamos a poder conseguir ese objetivo.



    P: ¿Cree realmente que la sociedad va a aprender algo de todo esto? ¿Cambiarán de verdad muchos de nuestros hábitos y costumbres?


    P: Estamos obligados a extraer una lección muy valiosa de esta experiencia que ya es histórica. Creo que no hay que confundir la ansiedad por volver a la normalidad a la que estábamos habituados con la necesidad de entender que prácticamente todo está cambiando, desde la forma en que expresamos afecto y cariño en un entorno social hasta cómo observamos el modo en que evolucionan nuestras necesidades.

     

    Es evidente que, en cierto modo, estamos girando hacia un nuevo escenario de conciencia social que nos sitúa en la valoración de determinados principios que antes estaban relegados y  en la postergación de otros a los que hace muy poco teníamos en gran estima. Creo, en definitiva, que la humildad debería ser la medida de la naturaleza de las cosas.

     

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