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El día del Rosario, Puchero

Por toda la capital se realiza hoy este exquisito guiso, parte de la cultura de los majoreros

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    “La carne debe ser de macho castrado, pero con carne de cabra también está bueno”, de esta manera nos reciben a primera hora de la mañana, cuando ya lleva un rato hirviendo el agua con tomates, cebolla, piñas, pimientos, ajo, puerros, garbanzos y zanahoria. En breve es el momento de poner la carne.

     

    “La carne se pone cuando ya ha roto a hervir, porque si no, luego hay que estar quitando la espumita esa con la espumadera”, afirma un maestro en la materia.

     

    El puchero es una tradición que se ha mantenido en todos los pueblos majoreros a lo largo de los años. Este guiso familiar con verduras, legumbres y carne de cabra, o de macho castrado, e incluso de cordero,  se ha transmitido de generación en generación y continúa siendo hoy en día una cita ineludible en las fiestas de cada pueblo a lo largo y ancho de la isla. En esta ocasión nos fiamos de un ilustre vecino de la capital natural de Triquivijate y de su señora del Valle de Santa Inés, "no se puede ser más purista en esto del puchero", afirma una de sus hijas.

     

    “Es más que una tradición, se junta la devoción religiosa, con la alegría del encuentro familiar, el amor a la gastronomía de la tierra y un reencuentro con la cultura, es eso, gastronomía y cultura de los majoreros”, nos explica el “pucherólogo capitalino.

     

    Una vez que se pone también la carne se le suman los condimentos, “hierbabuerto, azafrán, laurel, un poco de pimienta en grano, sal”, nos comenta la señora de la casa, que es quien tiene la mano de los sabores. Mientras su marido obedece con las cantidades porque tiene claro dónde se mantiene la tradición de la gastronomía insular.

     

    En cualquier caso la receta del puchero majorero puede variar dependiendo de zona o la familia que lo cocine. Cada hogar lo prepara a su manera, agregándole o quitándole ingredientes o sirviéndolo con diferentes presentaciones.

     

    Y no decimos ya del resto de las islas, cada uno con su particularidad, pero este redactor se atreve a pronunciarse. En este sentido, el majorero es el puchero más especial de Canarias, por sus claros referentes al uso de la carne, absolutamente de cercanía y que le da a este espectacular guiso un sabor que no se alcanza en otros lares.

     

    "No hay una sopita ahí", aciertan a preguntar uno de los primos que anda alrededor de la cocina, ya que el caldo comienza a tener el sabor característico del puchero. " Se prepara con un poquito de pan y lo toman los que están alrededor de la cocina, o si alguien estaba trabajando fuera de la casa, en el campo, en los tiempos...."

     

    Finalmente y tras incorporar las habichuelas y la col, le llega el turno a la parte final de las verduras, “las que necesitan menos fuego”, que son la calabaza, los calabacines, y los tubérculos, las papas y una buena batata conejera, “que termina dejando el guiso listo para sentencia, a la espera de que todo cuaje”.

     

    La sopa, el plato que adelanta al grueso del puchero, se saca del mismo cuando la verdura está tierna, se le añaden los fideos y se pone a hervir en una olla a parte. Se sirve al gusto, "a mi me gusta con una pimienta, un poco picantona", explica uno de los autores del manjar.

     

    Finalmente no queda más que sentarse en la mesa, reencontrarse con familiares y amigos, brindarse por la patrona, ya sea usted devoto o sarraceno, y en definitiva disfrutar de este magnifico plato orgullo de todos los majoreros.

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