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La importancia de Europa para Carlos Alonso

"Queremos conectar con las preocupaciones de Canarias para exponerlas en Europa"

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
  • TIEMPO DE CANARIAS-YERAY G. NUEZ

     

    Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de La Laguna, con un Máster en Estudios Europeos por el Colegio de Brujas (Bélgica), Carlos Alonso (Santa Cruz de Tenerife, 1970) ha ostentado, entre otros cargos, el de director general de Asuntos con la Unión Europea del Gobierno de Canarias, viceconsejero de Agricultura del Ejecutivo autonómico y presidente del Cabildo de Tenerife. También ha sido profesor asociado del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna. Con este currículum y poco después de haber abandonado la política activa vuelve al ruedo como candidato de Coalición Canaria (CC) al Parlamento Europeo en las próximas elecciones del 9 de junio. Mientras apura un café, y recién llegado del aeropuerto, Alonso atiende a TIEMPO DE CANARIAS en un céntrico hotel de la capital grancanaria para explicar cuál es el programa de iniciativas que defenderá en la Cámara comunitaria.

     

    ¿Qué le ha supuesto el respaldo de sus compañeros, y prácticamente de toda la militancia del partido, para designarlo como candidato de CC al Parlamento Europeo?

     

    Existe ilusión en la militancia. Al final soy una persona que fue bastante reconocida dentro del partido; no solo en Tenerife, sino fuera de la Isla también. Y bueno, hay una especie de corriente muy favorable a mi designación, por mi capacidad política, o por la experiencia que atesoro en los temas europeos pero además por haber podido incorporar al equipo a otras personas de relevancia como los presidentes de los cabildos de Lanzarote, La Palma o Fuerteventura, y a gente con mucha valía como nuestro anterior eurodiputado Isidoro Sánchez.

     

    ¿Qué significan para Canarias estas elecciones? ¿Cómo se puede movilizar a la gente para que participe del proceso?

    Queremos conectar con las preocupaciones de Canarias y que sus habitantes sepan lo que importa su voto, para exponerlas en Europa. Nuestra campaña, básicamente, pretende buscar una mayor movilización, exponiendo una idea de Europa mucho más transversal que la que tradicionalmente se ha presentado, muy orientada a los sectores tradicionales. La Unión Europea (UE) hoy no sólo tiene relevancia para dichos sectores, por ejemplo a través de la política agraria común, que han requerido de una atención particular, sino para los que están afectando a la agenda del día a día, como el cambio climático, el problema migratorio, la salud, la vivienda, o la seguridad en las Islas por todo lo que está sucediendo en el Sahel. Pero también llevamos en nuestro programa otros asuntos de gran importancia para la sociedad canaria como el del crecimiento de la población.

     

    Usted mismo ha dicho que “Europa debe llegar a cada rincón de las Islas”. Pero, ¿cómo se consigue ese hito si ni siquiera España lo ha logrado?

    Europa es bastante sensible con la situación de Canarias y, a pesar de que efectivamente está lejana y tiende a homogenizar las respuestas, también es una entidad que está muy descentralizada que ha llevado a cabo acciones muy particulares, y Canarias ha sido un laboratorio para ese tipo de medidas que afectaban, de manera concreta, a temas específicos como el POSEI agrario vinculado a las razas autóctonas. Y es que la realidad que tienen Lanzarote o Fuerteventura, por ejemplo, en cuanto al crecimiento poblacional o al fenómeno migratorio no es la misma que la de La Palma, que ha sufrido la erupción de un volcán. En ese sentido, la presencia de los presidentes de Cabildo no sólo es para movilizar al electorado sino para enviar el mensaje a la UE de que cada isla tiene su diversidad.

     

    Usted lleva en su programa la intención de minimizar, mediante una mayor tributación y carga fiscal a los no residentes, el impacto que el aumento demográfico está causando en Canarias. Pero la UE no suele aprobar este tipo de medidas que pueden limitar la actividad de sus ciudadanos. Algunos lo han intentado pero no lo han conseguido.

    Eso es verdad, pero no imposible. Tengo mucha experiencia en Europa, soy funcionario de la Comisión y he sido director de Asuntos Europeos en Canarias. Durante 10 años mi labor no sólo se ha limitado a la UE en general, sino en particular al régimen canario, del que soy experto y tengo un conocimiento en profundidad. Y durante todos estos años siempre había cosas que nos decían que no se podían hacer y se consiguieron. Por ejemplo, que el Fondo Europeo de Desarrollo Regional permitiera dar ayudas para cubrir los costes de transporte, que son ayudas al funcionamiento en vez de una ayuda a la inversión, que es lo normal, parecía imposible y se logró.

     

    Entonces, ¿cómo lo plantea con esta cuestión en particular?

    Nosotros tenemos tres vías para conseguirlo. La primera afecta tanto a la restricción de la residencia como la de la vivienda, y es la vía fiscal. ¿Por qué? Porque la fiscalidad que se aplica a la renta personal o que tenga que ver con el saldo ambiental en forma de tasa no está armonizada, no está sujeta la armonización a la Unión Europea. No puedes aplicarla discriminando por razón de nacionalidad, pero sí puedes hacerlo a razón de residencia; de hecho es lo que hacen todos los países cuando hablan de personas que residen fiscalmente o personas que no; diferencian fiscalmente. Esos mecanismos se pueden utilizar, hay que articularlos bien, son complejos pero posibles siempre que no afecten a los intercambios comunitarios y a la libertad de movimiento de capital.

     

    ¿Qué más?

    La segunda vía es la que establece el propio tratado en el capítulo que trata la libertad, y es que se puede efectivamente limitar la libertad de movimiento de capitales o la libertad establecimientos siempre que haya razones imperiosas de interés público, exigiéndose además que haya proporcionalidad. Y hay sentencias del tribunal de justicia de la UE en donde rechazan las medidas que exponen pero porque no se justifican. La Unión Europea prefiere que si, por ejemplo, quieres proteger la vivienda o el alquiler para las personas con menos renta, no utilices medidas que van en contra del mercado interior, sino que actúes para ayudar a esos colectivos sin distorsionar el referido mercado.

     

    Y la tercera vía, sería…

    La tercera es ir por la vía de Malta. El artículo 25 del acta de adhesión de España a la UE que regula el acceso de Canarias, Ceuta y Melilla a la entonces Comunidad Económica Europea derivaba un protocolo número 2 que en su párrafo cuarto establece un procedimiento para modificar el régimen de integración de Canarias. Este artículo sigue en vigor, se puede volver a utilizar y ahí se podría incorporar una excepción nueva derivada de la aplicación del acta de adhesión de España, en su apartado de Canarias, para cubrir excepciones en la aplicación del mercado interior en el Archipiélago, en el ámbito de la PAC y de la política aduanera. Una propuesta de la Comisión, a iniciativa de España en unanimidad del concepto no es jurídicamente imposible; difícil pero viable.

     

    La demografía, de la que ya ha hablado, el turismo y la vivienda son tres realidades que en Canarias están estrechamente relacionadas. ¿Cómo van a presentar en Europa los problemas que están atravesando?

    Son vasos comunicantes. Tenemos un sector pujante como es el turístico pero que impacta en la oferta de vivienda, en la demanda de trabajadores y, por tanto, también en la demografía. Aún así hay variaciones, o sea, no es un modelo único y tenemos el ejemplo de Tenerife o Gran Canaria, islas donde el sector turístico ha tenido un impacto importante, pero la respuesta ha sido diferente. En este sentido preocupa mucho el desorden de la vivienda vacacional, que creo es el principal factor que más está distorsionando el crecimiento y multiplicando los problemas de vivienda. Además, y en relación al turismo y las cifras de paro, el problema de la relación salario-incentivo-formación es importante y debemos ponerlo sobre la mesa para que los puestos de trabajo que se generan, no necesariamente tengan que ser ocupados por gente que viene de fuera de Canarias.

     

    El sector primario de las Islas está viviendo una situación crítica. Incremento desorbitado de costes, falta de suministro de agua, competencia desleal de países que no son miembros de la UE como Marruecos y cuyos productos invaden los mercados de Canarias. ¿Van a ponerle solución?

    A ver, la Unión Europea tiene un alma liberal, y se crea para constituir un mercado mayor que además potencia el crecimiento, y abrirlo a otros para que, a su vez, estos también lo abran porque el comercio internacional es el pivote del crecimiento económico. Pero está claro que hay que repensar el modelo, hacer un ajuste, porque si tú estás dejando que alguien al que no le impones las condiciones, desde el punto de vista de la sostenibilidad, entre en el mercado, no se puede trabajar en igualdad de condiciones. Hay que llegar a un acuerdo y cambiar el modelo, ya que es un problema que no sólo afecta a Canarias, y prueba de ello son las manifestaciones que ha habido estos meses a todos los niveles de Europa. Soy optimista porque la propia Comisión Europea se ha dado cuenta de que necesita modificar la manera de aplicar la política común para que esa competencia desleal, que su propia política está generando no cause problemas como los que está ocasionando en Canarias.

     

    ¿Y qué medidas específicas plantea CC a Europa para aliviar los problemas que acucian al sector primario de las islas?

    Durante los últimos años ha habido una reducción del número de productores, estamos perdiendo superficie agraria y capacidad productiva en el sector ganadero, está aumentando la edad media y con ello un envejecimiento del sector. Y hay que proteger esa esa realidad. Para ello nos llevamos varias medidas. Una de ellas es el aumento de la ficha financiera del POSEI para compensar la subida de los costes del año 2006 hasta ahora, y que según los cálculos que ha hecho la Consejería se incrementaron un 50% en la producción, y la ficha ha quedado en el mismo valor de 2006, pues hay que aumentarla al menos un 33%, hasta los cerca de los 360 millones que van a permitir compensar el crecimiento de esos costes.

     

    Otro de los asuntos que preocupa en el Archipiélago es el de la avalancha migratoria que vive Canarias, batiendo récords de llegadas y saturando sus centros de acogida de menores. ¿Será atendido por Europa, dado que España parece no decidirse?

    El Parlamento en las últimas sesiones aprobó la reforma del ‘Pacto de Migración y Asilo’, que mi manera de entenderlo, es que viene a transformar en una realidad jurídica algo que ya era una realidad de hecho, y es que las regiones fronterizas estaban soportando la mayor parte del impacto de la inmigración. La modificación va a generar problemas en la concesión de asilo, pero al mismo tiempo, por lo menos dota de recursos para atender ese fenómeno en las regiones fronterizas.

     

    ¿Cómo puede aplicarse en Canarias? ¿Complementará a la necesaria modificación de la Ley de Extranjería que permita repartir los menores migrantes que llegan a Canarias al resto de comunidades autónomas?

    Tenemos el problema de lo menores no acompañados, por temas competenciales, y el Gobierno de Canarias está haciendo un gran esfuerzo para solucionarlo. Yo participo de la posición que tiene Fernando Clavijo y cuanto antes se pueda cerrar un acuerdo, mejor porque ya tenemos una situación que vemos va a empeorar este año con el aumento en la llegada, según la propia proyección del Ministerio del Interior. Así que no lo vincularía tanto al marco europeo como a la relación con el Gobierno de España.

     

    Pero una vez se apruebe esa modificación en España, ¿la UE podrá colaborar para aliviar el impacto de la inmigración en esas regiones fronterizas, en este caso Canarias, y el coste del proceso de acogida y posterior derivación de menores?

    Si jurídicamente es posible hacer la modificación a través de Decreto Ley hay que hacerlo ya para aliviar la situación que viven las Islas. Con su aplicación inmediata probablemente, a través del pacto europeo, se puedan articular fondos especiales también para ello. Lo importante es estimular las derivaciones de menores migrantes con esta nueva distribución competencial. Pero además de los recursos que se puedan aportar desde Europa, nosotros llevamos en el programa atender las causas originarias de la migración, que es una batalla a largo plazo.

     

    Según varios organismos internacionales las ayudas económicas en origen no dan ningún resultado, y una imagen enviada desde Europa a través de un móvil de alguien que emigra y que ha completado la travesía en patera es más determinante que cualquier campaña. ¿Aún así, se continúa apostando por ese tipo de iniciativas?

    Tenemos que seguir intentándolo porque el problema viene derivado de esa admiración como un fenómeno que tiene mucho que ver con la diferencia a nivel de vida, lo cual incluye sensaciones de seguridad, ya que no sólo son cuestiones materiales o de esperanza de vida, sino toda una serie de factores que hacen que en el otro lado tengan mejores condiciones de vida, pero también más oportunidades de progresar. Uno de nuestros retos es asegurar que los estados ribereños sean responsables con sus obligaciones con sus ciudadanos. Por ejemplo Mauritania, que lleva prácticamente 50 años de formación y que todavía no tiene las herramientas suficientes para desplegar sus servicios. Lo mismo ocurre con Senegal, que es un país muy estable, pero que cada cinco años con los cambios políticos, pues ya hemos visto lo que pasa. Es un asunto complejo que debe ser tratado desde diferentes puntos de vista y con distintas medidas.

     

    Para terminar, ¿qué otros temas de interés para las islas llevarán Carlos Alonso y CC al Parlamento Europeo?

    Nuestro objetivo principal es conectar con las preocupaciones de la gente para que vea que este voto es importante para tomar decisiones en Europa en los temas tratados y en otros como la desigualdad social y la pobreza en Canarias, el patrón productivo, las consecuencias del cambio climático, la sostenibilidad, la dependencia de los combustibles fósiles en el transporte, la descarbonización, o la salud pública, entre otros asuntos que tradicionalmente no se suelen tratar en la UE.

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